lunes, 21 de marzo de 2011

Elogio de la Educación Lenta.

Acabo de terminar de leer este libro escrito por Joan Domenech Francesch, en el que invita a reflexionar sobre el valor del tiempo y su papel en el marco educativo. Me ha gustado, es muy claro y sencillo en su exposición y he podido identificarme con bastantes comentarios, como por ejemplo y siguiendo el hilo del blog:

Los diagnósticos e informes muestran realidades complejas, centradas principalmente en aspectos teóricos y datos cuantitativos. Hay pocos análisis que estudien lo que realmente pasa en las aulas

“A menudo la cantidad precede a la superficialidad y en educación lo que cuentan, son los aprendizajes que pueden ser llevados en profundidad. Los aprendizajes que perduran son los bien conseguidos pero es difícil conseguirlo si planteamos demasiados objetivos o deben ser realizados de forma acelerada”

Actualmente, lo lento suele tener connotaciones negativas, y poco a poco cualidades como la paciencia están en vías de extinción. Si la educación es uno de los pilares sociales, deberíamos ser capaces de no tropezar tantas veces con la misma piedra para darnos cuenta de que más vale hacer las cosas bien desde el principio, pensando qué tipo de personas queremos formas, qué necesitamos para lograrlo y cuál es el mejor modo de conseguirlo. En vez de eso, las políticas educativas cambian como el viento, la calidad educativa se basa en cuántos datos objetivos sabes y no en cómo lo sabes y cómo eres capaz de gestionarlos o utilizarlos en tu vida diaria.

Por ultimo voy a copiar una cita que también aparece en el libro, y que por evidente suele olvidarse, pertenece a Honoré (2005) y dice: “Más, antes y más rápido no son sinónimo de mejor”.

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